¿Como nace el radioaficionado?

Para explicar como nace CE1KR en el mundo de la radio afición hay que recorrer algunos años o por lo menos algunas fechas que resultan relevantes y determinantes en mi llegada a este lindo hobbie. Debo señalar por ejemplo que pertenezco a una familia de numerosos hermanos, de los cuales hoy por hoy siete nos encontramos con vida afortunadamente. De estos, yo soy el tercero en haber nacido gracias a una mujer maravillosa, mi madre.
Recuerdo que mi hermano mayor siempre se destacó por su interés científico, por inventar y/o construir cosas, fue así como al tener yo ocho años de edad comencé a encontrarme frecuentemente con revistas como MECANICA POPULAR y SELECCIONES DE RIDER DIGESST, revistas que seguramente los radioaficionados jóvenes como usted no conocieron o no recuerdan.
Mi hermano siempre se caracterizó por su interés constructivo e inventivo como ya señalé y fue así como a mi corta edad (el ya tenía 13 años aproximadamente) me convertí en su ayudante y encargado de logística, antiguamente a ese rol se le llamaba “goma”, es decir el que consigue los pertrechos, el que consigue las herramientas y luego ordena el desorden generado, eso era muy propio de la época. Sergio, mi hermano, con su capacidad inventiva y a esa edad se manejaba bien con el tema, llegó incluso a fabricar un proyector de películas y yo era el que conseguía en uno de los dos cines que habían en Iquique los trozos de película que veíamos, algunos de ellos conseguidos de maneras que ustedes no quieren saber y en ese tiempo mi familia jamás abría imaginado, pero la misión siempre la cumplía, la orden era “consigue cintas” y yo…. Bueno, yo las conseguía. Además, tenía ocho años y ya no recuerdo como lo hacía, han pasado muchos años.
Mi hermano, por ser el mayor siempre tuvo luz verde por parte de mis padres para meter mano en cuanto aparato encontraba pero yo por ser menor no corría la misma suerte, solo podía observar… y de lejos. Esa prohibición creo que fue lo que gatilló en mí sin que yo lo supiera, algunas cuotas de rebeldía en lo que estrictamente se refiere a conocer o aprender cosas nuevas, ya que fue así como con el tiempo fui sin que mi hermano lo supiera, es decir en su ausencia, teniendo acceso a sus libros y revistas, las que al leerlas me daban ideas tremendas para construir un innombrable mundo de aparatos, pero que nunca llegué a construir porque los componentes requeridos eran inalcanzables en la época (1974-1975) para un niño de mi edad. Pero no crean que eso me desanimó, por el contrario, igual a esa edad construí mi primera radio de onda corta siguiendo “al pie de la letra” las instrucciones de MECANICA POPULAR, claro que con algunas modificaciones criollas que a continuación describo: Por no contar con la placa base para los componentes y siempre buscando el lado positivo de las cosas, la placa la reemplacé por un trozo de madera que rescaté de un cajón de manzanas, no era lo ideal pero para mis fines servía. Los componentes internos, que como ya dije anteriormente, a mi edad era irrealizable conseguir tampoco me detuvieron, fue así como las resistencias, condensadores y válvulas fueron reemplazadas por lentejas, fideos macarrones y corchos de garrafas de vino respectivamente, los que luego de una generosa mano de tempera quedaban que era una maravilla envidiada hasta por quienes hoy son RF Parts. La carcaza de “mi primera radio” no fue problema, ya que la placa base y todos sus componentes fueron muy bien recibidos por una caja de zapatos que había elegido con anticipación para estos efectos, no podía ser de otra manera ya que un radioaficionado debe ser precavido y anticiparse a cualquier percance ¿o no?. Lo de las perillas de mi radio no fueron en ningún caso problema, ya que al igual que con la caja de zapatos, había tomado todas las providencias y ya tenía una buena cantidad de tapas de bebida para esos fines, en esos tiempos se llamaban calas y las tenía de muchos colores, así como también un buen surtido de corchos ya que ... uno nunca sabe si falla una valvulita ¿verdad?, entonces debía contar con corchos de repuesto para no quedarme con la radio sin funcionar por falta de una válvula. Insisto, hay que ser precavido.
Lo más difícil en la construcción de “mi primera radio” fue el panel frontal ya que debía ser de lujo, pero recordé que alguien en mi casa por alguna razón tenía una radiografía que le habían tomado vaya a saber alguien el por qué y la verdad es que eso era lo menos relevante para mi. Fue así como utilizando toda mi sapiencia, gracias a MECANICA POPULAR, agarré la radiografía y le di un pequeño baño de cloro, todo esto a escondidas de mi madre ya que nos tenía advertidos en relación a que el cloro era veneno, además la calavera que en esos tiempos venía en el envase no dejaba lugar a dudas. Bueno, el tema es que una vez descolorida la radiografía en cuestión y luego de haber efectuado un cortes a la caja de zapatos, le instalé finalmente la placa frontal por el interior de la caja de manera que solo se viera la radiografía en las zonas con cortes y les digo, una vez puesto el corcho más grande, perdón quise decir la perilla más grande, que a su vez por el interior de la radio tenía soldado (con chicle) un alambre largo, la radio quedó lista, con frecuencímetro y todo.
Todos los días al llegar de la escuela le daba un par de vueltas a la perilla de mi radio, que afortunadamente no llamó la atención de mis hermanos, de otra manera podían habérmela desajustado y tendría que haber invertido valioso tiempo en reemplazar sus componentes y soldar los repuestos, ustedes no tienen idea lo caro que en ese tiempo eran para mi los chicles, que eran una gran soldadura. Al poco tiempo llegó mi hermano mayor de vuelta a casa desde e colegio, venía con un amigo el que traía consigo un par de walkie talkie, cuando los vi funcionar quedé extasiado, no podía salir de mi asombro y la pregunta que me hice en ese momento y me repito hasta el día de hoy fue... ¿cuan lejos se podrá oir? A partir de ese día dejé mi radio de lado, no se realmente que habrá pasado con ella, creo que la encontró hace unos años la Yaesu y se basaron en ella para construir el FT-2000 pero es algo que no puedo asegurar. Bueno, si usted se pregunta ¿que tiene que ver esto con radioafición? Seguramente la respuesta es NADA, mucho menos con el nacimiento de CE1KR, pero lo que si está claro por lo menos para mi, es que a la edad de ocho años un muchacho llamado José Luis hizo su mejor esfuerzo e invirtió sus más sabrosos chicles como soldadura, soñando con poder escuchar alguna estación en su radio y quien sabe, tal vez dentro de su alma de niño efectivamente escuchó alguna estación. Ahora, ya a 35 años de ese sueño la pregunta sigue viva... ¿Hasta donde podré escuchar?.

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